“Churros al toque”, emprendimiento chaqueño liderado por mujeres víctimas de violencia


Este proyecto comercial, coordinado por la Fundación Clareando, capacita y emplea a un grupo de mujeres que fueron víctimas de violencia de género y familiar en Resistencia. En “Churros al toque”, estas mujeres, que también son madres en su mayoría, encuentran un espacio de contención y una salida laboral para atravesar su situación. Mañana, 25 […]

Este proyecto comercial, coordinado por la Fundación Clareando, capacita y emplea a un grupo de mujeres que fueron víctimas de violencia de género y familiar en Resistencia. En “Churros al toque”, estas mujeres, que también son madres en su mayoría, encuentran un espacio de contención y una salida laboral para atravesar su situación.

Mañana, 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de Eliminación de la Violencia con la Mujer. Una de las principales razones que impide que las mujeres puedan salir del contexto de violencia que viven es la cuestión económica: no cuentan con recursos para sostenerse y sostener a sus hijas e hijos, por lo que el círculo de la violencia las va cercando. Teniendo en mente esta realidad, Natalia Valussi, quien hoy encabeza la fundación, decidió gestar este emprendimiento productivo para que las mujeres que están en tránsito de una situación de violencia cuenten con este espacio para empoderarse y salir adelante.  

Agencia Foco dialogó con Natalia, para saber cómo trabajan en “Churros al toque”, esta propuesta que produce pastelería a muy buen precio en un local de avenida 9 de julio 960 y sus alrededores, con carritos móviles. 

Agencia Foco: ¿Cómo llega una mujer a contactarse con la Fundación Clareando y “Churros al toque”?

Natalia Valussi: En primer lugar, la mujer que está en una situación complicada, que puede ser violencia de género o violencia familiar, nos contacta a través de las redes sociales, nos busca a través de las redes sociales y piden tener una entrevista. Esta persona tiene que tener un problema real, es decir, el reconocimiento de la existencia del problema, que haya pedido ayuda, que haya hecho una denuncia, que el problema esté encausado y la justicia haya tomado medidas y que tenga una contención psicológica si es que lo requiere o lo necesita. Una vez que eso está encauzado, a través del reconocimiento, la fundación lo que hace es generar una contención laboral para que a través del trabajo se encuentre con una mirada diferente hacia la vida. Esta es la forma de ayudar a las mujeres a que se fortalezcan, se empoderen y encuentren otras herramientas para defenderse o para tomar decisiones. Las chicas que llegan son mujeres que tienen una situación real ya de varios años y están en condición, como solemos decir, de ese cambio de vida, de querer algo diferente para ellas, de reconocer que el problema existió, de que el violento existe, identificar cuál es el poder que tiene el violento sobre ellas y acá lo que se logra es un ambiente más armonioso, reírse te hace bien, hablar del problema que tuviste también te hace bien porque lo estás exteriorizando y lo estás sacando de tu cabeza, de tu cuerpo.

Las chicas al frente de “Churros al toque”, el emprendimiento que da trabajo a mujeres víctimas de violencia. Foto: Pablo Pintos

AF: ¿Cuál es el perfil de las mujeres que se acercan?

NV: La mayoría de los casos son de violencia psicológica, física y económica. Todas, en su gran mayoría, son mamás con causas de muchos años, que la justicia lamentablemente no tiene el ritmo ni la velocidad que tiene el problema. La violencia no termina con denunciar, hay que hacer un seguimiento, hay que ver las estadísticas de qué pasa con esas denuncias, porque el problema es después de hacer la denuncia, ahí llega el mayor problema. Ahí es dónde se juega si la justicia realmente te escucha, te protege, si realmente toman las medidas que vos necesitás. La gravedad de la situación, lo digo por experiencia propia, no es antes, sino es el después de hacer la denuncia por un hecho de violencia. 

AF: ¿Cómo trabajan en el emprendimiento? ¿Qué les ofrece “Churros al toque” a estas mujeres?

NV: Tenemos un cupo de 15 chicas y hago referencia a esto porque es la capacidad física que tenemos en la rotación de los grupos. Las chicas vienen a cocinar al local para contar con la producción, que se ofrece en mostrador y en carrito. Ellas tienen cofia y delantal con la identificación de la fundación, además del carrito. La salida es por una hora y media, siempre salen juntas, de a dos, porque es una forma de acompañarse y de que ellas puedan contarle a la gente de qué se trata el proyecto, cómo trabajan y qué productos ofrecen. Los carritos se mueven a cuatro o cinco cuadras a la redonda. En esta experiencia ganan desenvolvimiento con el público, aprenden a elaborar un producto, conocer los cuidados y la manipulación del alimento, aprender de cocción, sabores y cómo presentar un producto. Si a esa mujer no le gusta la pastelería, que es esta iniciativa de “Churros al toque”, lo mismo obtiene herramientas que le sirven para aplicar en cualquier otro emprendimiento que quieran emprender o como una experiencia laboral, que eso también es un respaldo que brinda la fundación.

AF: “Churros al toque” hoy es una posibilidad para capacitarse y trabajar, ¿qué más tienen en mente para seguir ayudando a las mujeres víctimas de violencia?

NV: La fundación es algo que se armó con recursos propios y ayudas de un entorno cercano. No contamos actualmente con ningún tipo de financiamiento ni ayuda del Estado, ni en este momento, ni al principio del proyecto. Actualmente estamos pensando en capacitaciones a través de algunos convenios con instituciones técnicas para poder capacitar a las chicas en reparación de electrodomésticos, electricidad del hogar, cursos de peluquería y manos y arreglos para la mujer, que eso es una gran posibilidad laboral para que ellas puedan emprender desde sus hogares sin tener que salir de sus casas. Todo tiene que tener relación con intentar una independencia para estas mujeres. Estamos pensando también en diversificar la producción con mbeju y chipa.

Foto: Pablo Pintos

“Churros al toque” está ubicado en avenida 9 de julio 960 y sus alrededores; y ofrece churros clásicos, rellenos con dulce de leche y crema pastelera, bañados en chocolate y berlinesas. Están abiertos de lunes a sábados de 8 a 12 y 16 a; mientras que los domingos de 16 a 20.

El costo de los productos va de los $1.500 a $3.500, ya sea por media o docena entera. También reciben pedidos para festejos por las redes sociales, en los perfiles Fundación Clareando (Facebook), @fund.clareando y @churrosaltoque.rcia/; o bien al teléfono +54 9 362 4-721349.

Actualmente el proyecto recibe donaciones de gazebos para participar de eventos y ferias, o bien bicicletas para la movilidad de las mujeres y la distribución de la producción. También necesitan colaboración para el manejo de las redes sociales para dar a conocer a más personas el proyecto. Quienes tengan donaciones pueden comunicarse al teléfono +54 9 11 5661-0051.

Texto: Mónica Kreibohm








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