De la Hidromiel, a la Hidromora: la bebida que está en boca de todos


No es ni un vino ni una cerveza. Por cerveza se entiende cualquier grano fermentado, vino o cualquier fruta fermentada

De los productores de “Carayá” junto con amantes de la apicultura.

No es ni un vino ni una cerveza. Por cerveza se entiende cualquier grano fermentado, vino o cualquier fruta fermentada. No es ni una de las dos cosas: es la fermentación de la miel.

Este es el cuarto lote que está produciendo, y el primero en sociedad junto a dos amigos, Nahuel Morales Michelini y Milton Tabares (quienes se dedican al arte de la apicultura). Los tres conforman una sociedad que tendrá el mismo nombre que la ceveza artesanal “Carayá”. Su fábrica está en Colonia Benítez, distante a unos 26 kilómetros de la ciudad capitalina.

“Dentro de toda la cultura de hidromieles del mundo, es super común ponerle frutos rojos, y uno de los más abundante de acá es la mora”, explica Pío y agrega: “En el pueblo -Colonia Benítez- está lleno. En la cuadra donde tenemos la fábrica hay tres árboles de Mora, asi que nos abastecemos de ellos”.

Además de la Hidromora, que ya la estrenaron en la Bienal, hicieron uno lote con Zarzamora (también fruto propio de la región). Para éste, se abastecieron de los frutos de otro productor chaqueño que fabrica mermeladas y dulces bajo la marca Chaco Frutal.
Pío reconoce que las ganas de empezar con hidromiel nacieron por ser “medio nerd” como se autopercibe: “Hago birra, y al tener las herramientas a mano me inmiscuí en esto, siempre me gustó investigar, probar para divertirme”. La primera vez que tomó contacto con la hidromiel fue hace 15 años aproximadamente, en su ciudad natal Concepción del Uruguay, Entre Ríos, cuando conoció a un isleño que con un método ancestral captó la atención de Pio.

"La hacía un isleño y me contaba un proceso que me parecía de cuento, de fantasía"

Dichos “isleros” -como los llama Pío- además de ser piscicultores, eran también apicultores. “El Islero, a quien conocí por comprarle pescados, me comentaba que la fermentaba y enterraba abajo de la tierra y la tenía un par de meses y después la tomaba. Eso me parecía fantástico”.

Pío, que es además productor de la cerveza artesanal “Carayá”, contó que su fuerte es la producción de la misma y que con la hidromiel comenzó por hobby. Aunque, ahora junto a sus dos socios (Milton y Nahuel) están enfocándose más en la venta. “Les re gusta a la gente así que vamos a vender”, afirmó.

La Bienal Internacional de las Esculturas también aportó lo propio: fue el primer evento masivo donde “la hidromiel tenía su propio stand”, comentó Pío entre risas. Pero hace seis años atrás hizo sus primeros lotes, para consumo propio. Luego, pasados unos años, vendió uno de Hidromora para las fiestas, que es la que están haciendo ahora, por ser la época -única- del año en la que el árbol da ese fruto.

Hace siete años Pío se radicó en Chaco y actualmente vive en Colonia Benítez donde tiene su fábrica de cerveza (también fue uno de los pioneros en hacerla) y ahora sumó la Hidromiel.

Cómo se produce

Si bien se hace en un solo día, el proceso entero para producir la Hidromiel, “dura cómo mínimo un mes, pero puede durar hasta seis meses dependiendo de lo que vayas a hacer”.

“Los procesos son más largos -que la cerveza- porque tienen mayor cantidad de alcohol, es como el vino”, explica. Y asegura: “Uso el mismo mecanismo que para la cerveza, pero lo interesante es quienes viven en otra zona del país, que tenga acceso a uvas, por ejemplo, también lo pueda hacer con los métodos de vinicultura”.

A su vez, detalló cómo es el proceso de producciión de la hidromiel, “básicamente se mezcla la miel con agua, levadura y algún nutriente y se deja fermentar con una levadura, depende de la cantidad de sol que vaya a tener entre una o dos semanas y luego se lo guarda en frío un tiempo. Pasado ese tiempo, se trasvasa (pasar de un envase a otro) para separar la levadura del líquido. Luego se pasa a la etapa de maduración donde los sabores se vuelven más redondo, eso dura aproximadamente un mes. Y ahí ya está perfecta para consumo”.

Datito de color: el ciudadano común también lo puede hacer en su casa, según contó Pío, es muy sencillo: “Puede mezclar cuatro partes de agua con una de miel, cruzar los dedos, rezar un poquito y con suerte, sale una bebida que puede estar buena”, cerró.








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