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En el caso de Pérez, la secuencia fue la siguiente: en febrero, aparece un consumo correspondiente a la primera cuota

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Estafas por medios electrónicos: ¿Cómo detectarlas y qué hacer?

La especialista Xiomara Pérez, contó su calvario personal por un crédito por 400.000 pesos que nunca solicitó. Recordó la importancia de no brindar datos personales a través de aplicaciones y recurrir a la justicia, además de hacer los reclamos pertinentes.

La pandemia de COVID-19 de los últimos dos años potenció de una manera casi impensada el uso de los canales virtuales para hacer todo tipo de transacciones y si bien la tecnología fue concebida para “facilitar” los trámites, los delitos cometidos a través de los canales electrónicos son, cada vez, más comunes. La abogada Xiomara Pérez, contó su experiencia personal, con un crédito que le otorgaron sin que lo haya solicitado y marcó que “no es el primer caso” que se da en la provincia.

¿Qué hacer?

La especialista recordó que, ante cualquier situación que se advierta, el usuario tiene que tomarse el trabajo de revisar los resúmenes de cuentas. “Si se paga y luego se reclama, no tenés el espectro dado para, eventualmente, hacer la acción judicial”, subrayó. Por otra parte, recordó que es fundamental no brindar datos personales en ninguna aplicación ni por vía electrónica. Si bien en su caso no hubo entrega de datos, es importante tener en cuenta que no se debe entregar información.

“Los datos personales están constitucionalmente resguardados, si un banco privado o entidad financiera los usa para su gusto y paladar, hay que dar la batalla judicial además de hacer los reclamos pertinentes”, aseguró. También se puede enviar cartas documento a las entidades financieras para advertir que no se autoriza el otorgamiento de ningún tipo de crédito si no es de manera presencial. “Si no se judicializan los reclamos, la Tarjeta va a decir que está todo bien, pero al poco tiempo van a reaparecer los problemas”, advirtió.

Caso testigo

En el caso de Pérez, la secuencia fue la siguiente: en febrero, aparece un consumo correspondiente a la primera cuota (de 36 en total) de aproximadamente 10.000 pesos. Esta tarjeta en particular, que toma el nombre de un color, manda un mensaje al usuario cada vez que se realiza una operación, pero en este caso no ocurrió. “El crédito fue otorgado pero no de manera presencial”, explicó la damnificada.

Tras advertir ese consumo, realizó la denuncia penal correspondiente y llamó a la tarjeta en cuestión para hacer el “desconocimiento” formal. Desde la entidad, le prometieron una respuesta en 48 horas, pero transcurrido ese período recibió un correo electrónico que indicaba que la usuaria “efectivamente” había pedido el crédito, cosa que no era así, a través de una cuenta bancaria de la entidad financiera Reba, acrónimo de “Rebanking”, un banco virtual en el que se depositaron los 400.000 pesos del total del crédito.

“Los únicos que pueden tener los datos necesarios para hacer una transacción de este tipo son los registros públicos o privados, en este caso, la tarjeta de crédito es un registro privado de datos por lo cual, nadie más que ellos pudieron haber vulnerado el sistema de seguridad para trasladarlos a Rebanking”, consideró la abogada.

De hecho, aseguró que previamente no conocía la existencia del banco virtual ni mucho menos lo había utilizado. “En cualquier entidad financiera te piden innumerables datos para otorgar un crédito, pero en este caso no hubo siquiera una validación de datos”, aseguró y cerró: “Lo curioso es que, en nuestro estudio, somos especialistas en procesos urgentes y acciones de protección de datos personales, siempre nos había pasado con otras entidades pero nunca con esta tarjeta de crédito”.

Fuente: Alfaperiodismo








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