El legado del Norte Grande para luchar por las desigualdades sociales y el desafío de transformar los planes sociales en empleo genuino.

Realmente poder ser protagonista, ser actor, en una transformación cultural, yo me animaría a decir en un cambio de paradigma, es un privilegio, no sólo como periodista. Desde el momento en que fui y soy un periodista que intenta convencer que esta transformación es el mejor camino para una movilidad social ascendente.

Ser protagonista de este cambio significa que todos los actores se han puesto de acuerdo en que este proceso que se está viviendo se está escribiendo la historia en este momento.

¿A qué me refiero? El Norte Grande que este jueves realizó la “Cumbre Social” y eligió el Chaco para otra vez lanzar ese desafío, comienza a caminar. Ese cambio cultural, ese cambio de paradigma para transformar los planes sociales en planes de empleo, en planes de trabajo regulares.

A esto vino el ministro, el flamante ministro social de la Nación, Juan Zabaleta, ex intendente de Hurlingham del conurbano bonaerense. Mire si debe tener experiencia en la transformación cultural, la inclusión social de aquellos que están fuera del sistema para ponerlo en ese movimiento de ascenso del sistema social.

Entonces, que el gobernador del Chaco, quien hoy está recibiendo una acelerada diatriba de acusaciones por parte de la oposición que en dos bandos está queriendo instalar sus candidatos a diputados y elige, por supuesto, para ese convencimiento a los votantes, la cabeza de alguien que por supuesto hoy está comenzando a dar resultado como es Jorge Milton Capitanich, Presidente pro tempore de la Junta de Gobernadores del Norte Grande, que hoy empieza en ese cambio de rumbo, en ese cambio de paradigma a mostrar al resto de la Argentina y sobre todo a la a los dos distritos más ricos y más importantes del país, como son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires que se puede.

Transformar los planes sociales en empleo genuino

¿Qué es lo que se puede transformar? Los planes sociales. Dejar de especular y de negociar con la pobreza para tener empleo genuino. Esto es lo que comienza a desarrollar aquí el norte grande en la provincia del Chaco, como un desafío con la presencia incluso de funcionarios del resto de las provincias de las nueve provincias que conforman el Norte Grande.

Mire qué privilegio para este periodista que permanentemente, en los últimos dos años, a través de Chaco Tiempo Industrial, con quien me entrevistaba o a quien entrevistaba, concluía “Cuando vamos a cambiar los planes sociales, cuando vamos a dejar de especular con la pobreza y el sentimiento de aquel que está expulsado del sistema para ponerlo en un encuadre económico y pueda pensar él también en crecer socialmente”.

Este es el desafío. Y realmente insisto, permítanme ser efusivo, ser expresivo en decir que es un privilegio para mí poder ser actor y periodista al mismo tiempo. Porque como chaqueño estoy viendo que este cambio no se puede hacer solamente desde un sector de la política. Tiene que haber una comprensión de la oposición para sumarse y transformar esto, que puede ser una política limitada a una política de Estado, limitada a un sentimiento partidario.

La agenda política debe comulgar con las exigencias del pueblo

Sin embargo, hoy está demandando la sociedad que el mensaje de la política sea la conformación de una agenda que tenga que ver y que tenga relación con la agenda del pueblo. Es decir, que la agenda de los políticos no siga divorciada de la agenda del pueblo. Hoy, aquí, en esta cumbre del desarrollo social para el Norte Grande, se está dando el primer paso, pero un paso enorme, con un desafío a la inteligencia, precisamente para que aquí se dé esa transformación, ese cambio de paradigma.





El legado del Norte Grande para luchar por las desigualdades sociales y el desafío de transformar los planes sociales en empleo genuino


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