Entrevista con Bernardo Voloj, que asume una responsabilidad bastante en la mira de la sociedad, como es el Defensor del Pueblo.

A veces los escenarios son complicados y causan preocupación. ¿A quién? No sólo a las autoridades que legítimamente quieren el bienestar de su pueblo, sino que al hombre de a pie, que tiene mucho que ver y está muy vinculado con la función de este joven político, como es Bernardo Voloj, que asume una responsabilidad bastante en la mira de la sociedad, como es el Defensor del Pueblo.

Yo decía que, digamos los ministros, aquí en el Chaco lo hizo la ministra de Salud Paola Benitez. Los ministros de Salud de todo el país firmaron un documento, un acuerdo donde apoyaban a la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti.

Pero no solamente apoyaban, sino que hacían un llamado a la dirigencia política, sobre todo por el enfrentamiento que hay, yo diría hasta asombroso. Fue a Formosa Patricia Bullrich vestida de presidiaria y eso enardece los ánimos de cualquiera. Imagínense que Patricia Bullrich en Formosa y acá en Corrientes, el ministro de Salud Cardozo, llevaba vacunas, 900 dosis sin protocolizado, sin organizar.

Si tenía cadena de frío, no tenía cadena de frío. ¿Qué pasó? El gobierno de Corrientes, en el marco de un escándalo el martes a la noche, todos los canales de televisión, incluyendo TN, PRO, digamos, oposición, plantearon la vergüenza de Corrientes. Entonces los ministros llamaban a la cordura a la dirigencia política para que permitan que el plan de vacunación, por lo menos en el país, llegado a mitad de año, si es que ingresan la vacuna, la gente, los mayores adultos, la gente vulnerable puede estar vacunada.

Un tema complicado, ríspido, que de alguna manera aquellos que ya peinamos los 70 años vemos cómo se difunden y se manejan ese tipo de cosas.

Tonino Guinter: Bernardo, gracias por venir. Buenas noches. ¿Cómo te va? Muchas felicitaciones.

Bernardo Voloj: Bueno, gracias. La verdad es que te escuchaba muy atentamente por esta introducción y es cierto. Comparto estos conceptos de la ira, del descontento, de cómo la dirigencia política también tiene que dar un giro de 180 grados porque estamos a 40, vamos a cumplir 40 años de la vuelta de la democracia.

Nos exige la ciudadanía nuevas formas de democracia, nuevos aires, no tanto diálogo vacío, sino un diálogo concreto, real. Y son muchos rompecabezas que se desarman, se arman, se desarman en el medio de la ciudadanía que queda expuesta a esto contado.

En el caso de Corrientes, de Buenos Aires, pasa también lo mismo. Y en un tema donde la sensibilidad se ha puesto a flor de piel, donde hay una expectativa muy grande, donde a veces la comunicación difusa genera a su vez algo que debería dar una solución, múltiples inconvenientes.

Porque bueno, estaba avisado, no sabía como era el trámite, no sabía el turno. Es decir, estamos en un proceso reformulación de muchos de los principios, sobretodo de la política y sobretodo quienes ocupamos funciones políticas, porque hay un mandato constitucional y cívico que requiere empezar a evadir prácticas fáciles, simplistas, en pos de garantizar y velar realmente por el interés ciudadano. Un interés ciudadano que también está difuso, que también está conflictivo, que también está en tensión. Entonces hay un como un trabajo importante que hacer de la dirigencia, pero también de abajo hacia arriba.

Tonino Guinter: El hombre de a pie me parece que hoy ya está cuestionando incluso al periodismo. Te voy a citar dos casos. Dice el refrán: “para muestra basta un botón”, un caso acá y otro caso en Buenos Aires.

Ventura, colega analista integrante de “El Trabajo Matutino” en TN, fue elegido integrante del Consejo de la Magistratura para a ver quien sucede a Bonadío.

Él debería haber hecho un paso al costado. “No señor, yo no estoy en condiciones, porque si estamos cuestionando a la justicia o estamos cuestionando o apoyando lo que sea, yo no puedo ser parte acá”.

Ayer un comunicador con mucha influencia en la opinión sobre todos los sectores más vulnerables, más empobrecidos, digamos, llamaba a que vayan la gente a vacunarse a los cuatro vacunatorios: el Central Norte, Sarmiento, Forever y el Jaime Zapata, de mayores de 60 años, cuando está perfectamente claro desde el Gobierno, y yo me imagino estar en el cuero de Coqui Capitanich, de que lo que lleva acunaba era con turno y todo mayores de 80 años. Y en el Central Norte, por primera vez, mayores de 70 años iban a vacunarse, pero con estrictas medidas.

Entonces la pregunta es ¿cómo hacer tu trabajo? Porque estás como ovejas en el mundo de los leones, en el mundo de lobos, digamos. Y sobre todo un hombre joven, muchacho joven, con ansias, con sueño, con ímpetu. ¿Cómo ves tu trabajo completamente en ese caso puntual que mencionas?

Bernardo Voloj: Tiene que ver un poco lo que te mencionaba hoy. Hay tanta sobreinformación, hay tanto que se genera, que el vecino a pie, la vecina pie, no sabe que creer, tiene tanto que no sabe.

Y hay veces que uno tiene que ser mucho más astuto en brindar esa información. Hay un poder, un controlador, que es el Estado. Yo diría es el responsable primario. Después, para abajo hay múltiples factores. Ahora el responsable primario, quien debe brindar y satisfacer ciento por ciento, asegurar que llegue esa información es el Estado.

Sí, eso debe quedar claro, porque para el de abajo pasa, ahora pasará y ha pasado. Hay muchas autovías que separan el camino principal. Entonces el deber principal es el del Estado, cualquiera sea que maneje ese Estado y la ciudadanía tiene que saber que la Defensoría del Pueblo, quien les habla, una vez que asume, quiere asumir ese rol, quiere ser un puente entre el Estado.

Un ejemplo típico, por ejemplo ¿cómo se logra tratar por lo menos de solucionar o por lo menos dar respuesta? Bueno, ayuda. La Defensoría puede ser un facilitador de mejoras en la comunicación, de mejoras en el sistema de turnos, de ayudar en los procesos del sistema, que la gente no esté bajo el sol, bueno, a ver cómo podemos colaborar en ese sentido.

Y eso está bueno, porque la Defensoría tiene que tener también un rol. No muchas veces de litigante judicial, como se suele asociar la Defensoría es alguien que tiene que salir permanentemente a los juzgados. Hay algo más, más viejo, más una idea primaria de cuando nacieron las defensorías.

La Defensoría tiene tantas funciones y una de ellas es el facilitador de procesos. Colaborar apelando siempre el interés de la ciudadanía, sabiendo que yo tengo que peticionar por ese interés ciudadano que es el que está en pugna. Cualquiera sea ese derecho afectado. Pero siempre es el Estado al que hay que ayudarlo cuando quiere. Sino quiere, ahí sí la defensa debe marcar la cancha.

Tonino Guinter: Bernardo, la verdad que es la primera vez que yo escucho a un Defensor del Pueblo ser tan claro y tan pragmático, e incluso desde el vamos ya, como bien lo decías, no asumiste y ya está marcando la cancha. Aquí el Estado es responsable. Si el Estado no hace y le vas a tener que decir qué es lo que tiene que hacer el Estado. Y eso me parece buenísimo. ¿Vos pensás, imaginás que te puede dar choque con el poder político, con el Poder Judicial?

Bernardo Voloj: El choque está muchas veces visto como algo negativo, como algo que implica una conflictividad latente, permanente, que es un organismo de la Defensoría del Pueblo que tiene que ayudar a mejorar los procesos de democracia.

Tampoco es un organismo que va a solucionar los problemas estructurales que tienen los 40 años de recuperación de la democracia. ¿Por qué hago hincapié en esto de la vuelta de la democracia? Porque las Defensoría del Pueblo, estos institutos de controlar, de auditoría, de evaluación del propio Estado, surgen de estas nuevas formas de la democracia.

Nace a partir de la recuperación de la democracia, de las nuevas constituciones que han surgido a mediados de los 90.

Y por ahí todavía se dirá pero ésto es tan técnico, tan teórico, ¿cómo lo pones en la práctica? lo ponemos en práctica con distintas herramientas, con distintos eslabones a futuro.

Uno ve que el equipo de la Defensoría, no el Defensor del Pueblo, yo soy un inquilino, si se quiere, de la institución por cuatro años. La Defensoría del Pueblo es ese puente que quiere trabajar entre el Estado y esa ciudadanía. ¿Cómo? Bueno, de distintas maneras.

Hay que también ayudar a facilitar los procesos del Estado. Esas omisiones, esas negligencias, esas decisiones. Uno puede tener una buena cabeza, una buena figura que conduzca, pero por ahí existen ciertos vacíos que hay que ayudar a mejorar si es que se quiere. Por supuesto que la Defensoría intervenga o sino, la Defensoría tiene que ir siempre velando el interés colectivo o el interés del millón 200 mil chaqueños y chaqueñas.


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