8 M: “Nosotras movemos el mundo”


Sometidas a tres dimensiones de opresión por su condición de mujeres, trabajadoras sexuales y trans, este colectivo tiene una esperanza de vida de entre 35 y 41 años.

La identidad como puente hacia un trabajo digno

Mujeres y entidades femeninas, conmemoramos hoy el Día de la Mujer Trabajadora. En homenaje a ellas, también queremos resaltar y reconocer la lucha de mujeres trans, un colectivo históricamente excluido en materia de derechos humanos.

Argentina es el único país de la región, donde las personas travestis, transgénero y transexuales están amparadas desde dos frentes: bajo la Ley de Identidad de Género y la Ley de cupo laboral trans.

Claudia Magdalena Martínez es una mujer chaqueña trans y trabajadora de la planta recicladora de la municipalidad de Barranqueras y también, de una peluquería en la misma localidad. Parte de su historia, militancia y participación activa en la provincia, se debe a las políticas públicas implementadas en los últimos años en el gobierno municipal. Aunque, como nos sucede a tantas mujeres, su lucha de identidad y pedido de inserción laboral formal, lleva muchos años.

“Agradezco que hoy tengo trabajo y me abrieron las puertas, pude entrar a una institución que para una persona trans no es algo fácil. No todas las chicas tienen un trabajo digno y hoy puedo decir que estoy agradecida a la vida por el trabajo que tengo”, comienza contando Claudia. A sus comienzos los define como “un poco revolucionarios”, porque fue ante una situación de inundación y de reclamar derechos por las vecinas y vecinos de su barrio donde ella “salió por primera vez a la calle”.

La presencia del Estado no tardó en llegar y fue tanta su participación, que la convocaron a trabajar en la planta recicladora, donde actualmente desempeña sus funciones. “Yo andaba mal, trabajando en la calle y desde el espacio político donde hoy milito, no dudaron en llamarme y darme la oportunidad de trabajar”, comenta. Actualmente son más de 60 trabajadoras y trabajadores en la planta, donde “a la mañana son casi todas mujeres y a la tarde somos cinco chicas y 20 varones”, relata.

Claudia trabaja de manera frecuente con los varones del equipo, porque también sale en el camión que realiza recolecciones domiciliarias. Le gusta estar en contacto con la gente y con cada vecino: “La cara visible soy yo y estoy muy contenta con el grupo de trabajo que tengo”, asegura. Aunque muchas veces tuvo miedo al qué diran o a la defensiva de lo van a decir o cómo van a actuar, cuenta que quienes más la defienden son sus compañeros de trabajo.

En relación a esta situación, es necesario recordar que, de acuerdo a un informe elaborado por el PNUD en América Latina y el Caribe, la población trans se encuentra sistemáticamente excluida de los sistemas formales de educación, lo que la excluye de los mercados formales e informales de trabajo. Como consecuencia directa de este hecho, el 90% de las mujeres trans subsiste ejerciendo el trabajo sexual.

Sometidas a tres dimensiones de opresión por su condición de mujeres, trabajadoras sexuales y trans, este colectivo tiene una esperanza de vida de entre 35 y 41 años.

Sobre su proceso de identidad

El 25 de junio de 2021, el Congreso Nacional promulgó la Ley 27.636 que establece que el sector público nacional debe reservar, al menos, 1% de sus cargos y vacantes para personas travestis, transexuales y transgénero, una victoria en materia de derechos humanos para un grupo históricamente excluido.

Esta implementación fue fundamental en la vida de Claudia. “Se lanzaba el cupo laboral trans y yo no tenía identidad. Me pidieron que me hiciera el documento, tuve que ir al Juzgado porque mi partida de nacimiento no aparecía. Tuve muchos inconvenientes y me cerraban muchas puertas”, recuerda. También reconoce que, todavía, a muchas compañeras trans les cuesta conseguir su identidad por los procesos burocráticos que deben atravesar, muchos de ellos en completa carencia de una mirada con perspectiva de derechos.

“Soy una persona trans, me siento mujer y voy a defender los derechos de las mujeres e identidades. No te quedes callada ni soportes humillaciones”, concluye.

Fuente: Alfaperiodismo








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