NOTA ESCRITA POR MARIA ELINA SERRANO El 30 de noviembre en Dubai (Emiratos Arabes Unidos) comenzó el evento anual más importante de la agenda climática: La 28 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP28). Durante 12 días delegaciones oficiales de 197 países miembros, presidentes y autoridades ambientales de los 5 continentes expondrán los […]

NOTA ESCRITA POR MARIA ELINA SERRANO

El 30 de noviembre en Dubai (Emiratos Arabes Unidos) comenzó el evento anual más importante de la agenda climática: La 28 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP28).

Durante 12 días delegaciones oficiales de 197 países miembros, presidentes y autoridades ambientales de los 5 continentes expondrán los avances realizados y presentarán los compromisos hacia el futuro. También participan gobiernos subnacionales y locales, organizaciones de la sociedad civil, activistas, estudiantes, y empresas privadas especialmente vinculadas a la innovación y a la sustentabilidad.

Que es la COP?

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (el nombre oficial de las COP sobre el clima) se celebra cada año desde 1995. Cada Cumbre es un importante espacio para que las partes (países miembros) discutan la crisis climática a nivel mundial y las acciones a seguir, a las que se han comprometido mediante Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, 1994), el Marco de Adaptación de Cancún (COP 16, 2010) y especialmente el Acuerdo de París (COP21, 2015) donde más de 190 países se comprometieron a reducir sus emisiones para limitar el aumento de la temperatura global entre 1,5 y 2º grados centígrados.

Estos compromisos han sido rubricados por la Argentina, no únicamente por el área diplomática en representación del país, sino con la ratificación legislativa correspondiente. Esto significa, que ningún mandatario puede derribar de un plumazo lo acordado de esta manera. Ya intentó, sin éxito, Donald Trump abandonar el Acuerdo de París.

https://www.cop28.com/

El cambio climático, existe?

Al igual que muchas personas, sin formación ni evidencia científica manifiesta que la Tierra es plana, o que los polos tienen orificios que los comunican entre sí, existen personas que “no creen” en el cambio climático, como si se tratara de una religión o creencia, que dependiera de la fe de los individuos. Comparan eras geológicas y ciclos de miles (o millones) de años con los últimos 150 años de vida de nuestro planeta.

La manifestación observable, analizada y evidente de la crisis ambiental global, es el cambio climático. Su impacto se observa sobre todas las formas de vida en la Tierra, e interpela a la sociedad a discutir su modelo de crecimiento económico, desde hace muchos años, cada vez con más fuerza y presencia en la agenda gubernamental de cada país.

Expertos de todas las nacionalidades constituyen el IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), un grupo científico reunido por las Naciones Unidas para monitorear y evaluar toda la ciencia global relacionada con el cambio climático. Cada informe del IPCC se centra en diferentes aspectos del cambio climático y sus documentos son de libre disponibilidad. ¿Y entonces? Como suele suceder, no hay futuro posible para que el que no quiere ver.

https://www.ipcc.ch/spanish/

Dónde y cuándo nos vemos?

La Conferencia de las Partes (COP) se desarrolla una vez cada año, rotando su sede entre los 5 continentes, con anticipación. Las ciudades del mundo se preparan para recibir a unas 25.000 personas entre participantes, delegaciones y visitantes. Se ha realizado en países como Suiza, Alemania, Holanda, Dinamarca, Italia, Escocia, Polonia, India, Japón, Indonesia, Qatar, Marruecos y en América: Brasil, Perú, México y Argentina en dos oportunidades (COP 4 en 1998 y COP 10 en 2004).

Recientemente en dos oportunidades, la COP fue presidida por un país pero se realizó en otro: en 2017 presidió FIDJI (COP23) pero se realizó en Bonn (por falta de disponibilidad para alojar a la multitud de participantes) y en 2019 la COP25 con sede en Santiago de Chile, se suspendió por la inestabilidad política en el gobierno de Sebastián Piñera, y fue acogida en Madrid.

Este año, unas 70.000 personas están presentes en Dubai, entre ellas, los argentinos.

https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-inicio-su-participacion-en-la-cumbre-de-cambio-climatico-de-la-onu

Compromisos asumidos por Argentina

En el texto de la Segunda Contribución Nacional Determinada Argentina (2020) explícitamente considera al cambio climático como una política de Estado, estructurando su esquema de gobernanza a la necesidad y urgencia de enfrentarlo, por la forma multidimensional y transversal de sus impactos.

La Ley Nacional de Cambio Climático 27.520 en su reglamentación (Dec. 1030/20) institucionaliza el Gabinete Nacional de Cambio Climático, donde se establecen distintas instancias de trabajo, que involucran a un gran número de ministerios a nivel nacional y a las provincias a través del Consejo Federal del Ambiente (COFEMA).

También se incluyen grupos de trabajo sectoriales, donde se articulan acciones de adaptación mitigación basada tanto en ecosistemas y como en comunidades, para aumentar la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad, con participación ciudadana.

En la COP 28 se encuentra representando a la Argentina Cecilia Nicolini, Secretaria de Cambio Climático de la Nación junto al equipo de negociadores de la Cancillería Argentina y varias organizaciones de la sociedad civil.

Cuando regresen, otro será el gobierno, con un presidente que niega rotundamente el cambio climático y una canciller que manifiesta la no adhesión a los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Al momento de escribir esta nota, aún se desconoce el destino institucional del actual Ministerio de Ambiente de la Nación, en que área y con que rango se ubicará para cumplir con el rol que le asigna la normativa existente.

https://www.argentina.gob.ar/ambiente/cambio-climatico/informe-pais

Al final del día, todo es plata

Esta edición arrancó fuerte desde el primer día, con una agenda marcada todo el año: integrar el fondo de pérdidas y daños, aportes económicos reales de los distintos gobiernos, para ayudar a los países más afectados por las consecuencias del cambio climático que son (oh casualidad!) los más pobres.

El punto central de la COP28 , así como de todas las negociaciones climáticas, es el financiamiento para adaptación y mitigación de los efectos adversos, así como reparar los daños. O sea: quién aporta el dinero para realizar las acciones necesarias, para enfrentar la crisis climática de países que no pueden pagarlas.

Como visibles acreedores ambientales, los países de Latinoamérica presionarán en esa agenda. El reclamo es evidente: los países desarrollados son los que más contribuyeron a la situación actual y los más afectados son los más pobres y los que menos incidieron. ¿A quién le correspondería entonces aportar? Está más que claro.

En los primeros días de negociaciones, ya se han comprometido fondos para diversas líneas de trabajo: investigación, conservación, desarrollo de soluciones sostenibles, transición energética y movilidad sustentable.

La COP28 es una oportunidad crítica para mostrar unidad y restaurar la fe en el multilateralismo en un mundo polarizado, a través de un compromiso y resultados positivos y orientados a la acción.

Una muestra más que detener el cambio climático es responsabilidad de todos.








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