El primer arquitecto de la Villa 31 presentó su libro: “La 31, una historia de resistencia”


César Sanabria fue cartonero, cuida coches, trabajó como albañil y, contra muchos pronósticos cargados de prejuicios

César Sanabria fue cartonero, cuida coches, trabajó como albañil y, a pesar de la adversidad, se recibió de arquitecto. “Cuando salía a buscar trabajo tenía que esconder mi dirección”, revela.

César Sanabria fue cartonero, cuida coches, trabajó como albañil y, contra muchos pronósticos cargados de prejuicios, se recibió de arquitecto, convirtiéndose en el primer egresado de la Villa 31 en esa carrera. Y, como si eso fuera poco, en la última Feria del Libro presentó “La 31, una historia de resistencia”, libro en el que cuenta sobre sus orígenes, su crianza en el lugar en el que todavía vive y la cultura del trabajo dentro de un contexto complejo.

Noticias: ¿De qué trata su libro?

Sanabria: Trata de la historia del barrio, de la génesis, de cómo nació. Ya no es más Villa 31 porque se sancionó una ley de urbanización en la Legislatura porteña en el año 2018. Ahora se llama “Padre Carlos Mújica” por el cura. El libro se divide en capítulos temporales, segmentos temporales. El barrio nace en 1932, cuando hubo una gran crisis mundial en 1929 y se cayó la bolsa en Nueva York, y luego la Primera Guerra Mundial. Todo eso hizo que haya un gran flujo de inmigrantes europeos hacia Sudamérica, flujo migratorio que la Argentina capitalizó con políticas de recepción para italianos, polacos, españoles. Trabajaban en la zona del puerto y a esa gente se les dio unas casillas muy precarias para vivir.

Noticias: ¿Desde cuándo vive en la 31?

Sanabria: Desde que tenía dos años. Trabajé cuidando coches, juntando latitas, fui cartonero, pero siempre con esta lógica de la cultura del trabajo que mis padres me enseñaron. Mi mamá tiene 63 años y hasta el día de hoy sigue trabajando como empleada doméstica, y mi papá me enseñó un poquito el oficio de la albañilería, por eso que decidí estudiar arquitectura. Hoy en día soy arquitecto, docente en la Universidad de Buenos Aires, una de las mejores universidades del mundo.

Noticias: ¿Por qué es una historia de resistencia?

Sanabria: Porque siempre fue un barrio que resistió los embates políticos de querer erradicarla. Muchas veces los diferentes gobiernos, tanto de facto como democráticos, quisieron erradicarla. En la década del ’70, los militares, con la excusa del Mundial, hicieron una gran erradicación de las villas de la ciudad porque no resultaba bonito que los extranjeros llegaran y vieran esas casitas humildes, esas chozas precarias. En nuestro barrio quedaron cuarenta y ocho familias que se presentaron a la Justicia y con un amparo judicial lograron quedarse, sino hubiéramos tenido que irnos todos. Ellos pasaron a llamarse la “Comisión de Demandantes” porque junto con la 31 se unieron a otros barrios. Pasó el tiempo y el barrio se fue repoblando. En el ’83 hubo un nuevo oleaje de pobladores, gente del interior del país y de países limítrofes que venían en busca de una oportunidad laboral.

Noticias: ¿Qué sentía cuando era niño y vivía en un barrio como ése, de “población vulnerable”?

Sanabria: Cuando era niño no tenía dimensión, pero cuando vas creciendo vas tomando conciencia de donde uno vive. Es como una mezcla de sentimientos, algunos que tienen que ver con el rechazo, otros con el miedo, resignación, una mezcla de todo. Pero yo soy del barrio y planto mi bandera: me enorgullece decir que soy del barrio, digan lo que digan. Vengo de una familia trabajadora, humilde y eso es lo que me tiene que dar orgullo porque en el barrio existen muchísimos trabajadores. Cuando salíamos a buscar trabajo teníamos que negar nuestra dirección, porque te condenaba a que el empleador no te diera la posibilidad de conseguir ese empleo. Son esos miedos de que piensen mal o que te discriminen.

Fuente: Perfil








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