En tiempos de pandemia, cierta dirigencia política no está a la altura de las circunstancias en el país.
La semana pasada la ministra de Salud de la Nación Carla Vizzotti bregaba para que la dirigencia política no abone más tensión a la que ya tiene el país al enfrentar a la segunda ola de COVID-19. “No es momento de generar más tensión, es momento de consensos y de luchar juntos”, decía la funcionaria. En el mismo sentido, el gobernador Jorge Capitanich resaltaba que las circunstancias actuales exigen “una unidad nacional” en todo el arco político. “No es tiempo de pensar en coyunturas electorales”, bregó el mandatario provincial este viernes.
Sin embargo, hay un sector de la prensa y un sector de la política que no se han encolumnado detrás de estos mensajes conciliadores. Realmente uno puede decir sin temor a equívocos, que se han transformado en miserables. Ambos, tanto esa prensa belicosa como la dirigencia política “anti todo”, llaman a la rebeldía social, a ser voceros de la antivacuna, voceros de las antis restricciones, argumentando que el Gobierno quiere implantar un sistema autoritario e inmoral.
En el orden nacional hay dos ejemplos: Una es Lilita Carrió, que en el colmo de los colmos, denunció penalmente al Presidente Alberto Fernández “por querer envenenar a la población” con la vacuna Sputnik V, cuando hoy esta vacuna es la vedette del mundo, del planeta. La otra es Patricia Bullrich, la Pato Bullrich, que llamó a resistir todas las medidas anti pandemia del gobierno nacional. No solo eso, allí donde haya una manifestación anti gobierno, ella encabeza esa movilización como r en la oposición.
¿Qué dirán Carrió y la Pato Bullrich si llegamos a tener 120 mil muertes por COVID-19?
Ahora qué tienen que decir Lilita Carrió y Patricia Bullrich a la publicación que hizo healthdata.org, que es una entidad prestigiosa de la Argentina y de Latinoamérica, que realizó una proyección preocupante: 85.000 a 120.000 muertos por COVID-19 para este año, en el caso que se continúe con esta escalada de aumentos de contagios. Además proyecta, de seguir esta tendencia, un posible colapso del sistema de salud para fines de mayo o mediados de junio.
El día lunes, el comité de expertos que se reunió con Santiago Cafiero y otros ministros le dijo al presidente casi exigiéndole que se aplique una cuarentena dura. 20 días, empiece y termine, no como el año pasado que empezó y duró cinco meses o seis meses, pero una cuarentena durísima. Cierre total.
¿Dirán algo Bullrich y Carrió ante la publicación de los sectores de salud público y privado, sobre todo privado, que hablan de que el sistema está a punto de colapsar? Estos sectores de la Salud Pública-Privada dieron a conocer esta semana un documento, que estuvo firmado por todas las entidades, algo que representó un hecho sin precedentes.
¿Y si comenzamos a pensar en los muertos por la pandemia antes que en las urnas?
Acá en Chaco, esa síntesis Bullrich-Carrió, la encarna, la representa, Antonio Carim Peche ¿Por qué digo esto? Mire, voy a leerle rapidito dos párrafos. Dos documento que el bloque de diputados de la UCR dio a conocer.
Uno: “Lamento que un joven profesional tenga que salir a poner la cara por el gobierno más corrupto e inmoral de la historia. Es evidente que la férrea defensa que sostiene el ministro Pérez Pons tiene que ver con un profundo desconocimiento de lo que se vive en el Chaco, dado que vivía en Buenos Aires, donde fue funcionario del gobierno de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal”.
Este desconocido, como dice Carím Peche, resulta que arregló la deuda externa provincial por 250 millones de dólares-deuda que fue tomada en el 2016 por Domingo Peppo, y que fuera alentada desde el Macrismo para “engrosar las reservas”-. Esos servicios de la deuda y este capital lo teníamos que pagar antes del 2024. Al reestructurarla, el Chaco se ahorra 212 millones de dólares, y esa deuda se comenzará a pagar después del 2024, a plazos, lo que le dará un alivio financiero a la caja provincial en el corto plazo. Esa deuda la este nene, que tiene 27 años y que estuvo sentado ahí con una capacidad y una inteligencia impresionante. El nene mimado de Martín Guzmán, el ministro de Economía de la Nación.
Peche también dijo: “Debería darle vergüenza al gobernador Capitanich disponer de casi 700 mil pesos para comprar huevos de Pascua en lugar de direccionar fondos a equipar los hospitales del interior, regularizar la situación laboral y salarial del personal e incorporar más especialistas”.
Pero resulta que “en reconocimiento al esfuerzo en la pandemia”, el gobernador anunció aumentos salariales para el personal de salud de Sáenz Peña, tierra natal de Carím Peche. Todo en un contexto sanitario preocupante en la Ciudad Termal, en el que el Gobierno dispuso ampliar la capacidad de instalar y asignar más respiradores.
Mientras tanto, en Resistencia también muestra señales de alarma: José Uriona, director del Sanatorio Palacio, dijo en la semana que “la ocupación de Cama por casos de COVID-19 está casi al 90 por ciento, casi en un colapso”.
Ante ese marco preocupante, ¿No es miserable la política del cuánto peor, mejor? ¿Acaso vale todo para la carrera electoral? ¿No deberían priorizar pensar en los muertos que hay en el Chaco y en el país por la pandemia antes que en las urnas?
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